El «haiga» de mi abuelo

Mi abuelo con su "haiga", un Dodge de los años 50.

Mi bisabuelo llevaba ropa a Cuba y de allí traía ron a su Canarias natal. «Vas a venir conmigo a Cuba para que aprendas el negocio», le dijo a su hijo Juan. Tras estar varios días en La Habana, el padre comentó al hijo: «Espérame en el hotel que tengo que arreglar unos asuntos».

Las horas pasaban, hasta que el padre de mi mami preguntó en la recepción del hotel: «¿Saben ustedes algo de mi padre?». «Su padre ya está navegando hacia Canarias, se fue en el barco de hoy», le contestaron.

Mi bisabuelo había dejado a su hijo en Cuba «para que se hiciese un hombre». Con sólo 14 años estuvo cuidando cerdos y comiendo lo mismo que los animalitos. Tras mucho tiempo en Cuba y Argentina, regresó a Gran Canaria hecho un perfecto indiano.

Estos hombres, curtidos en mil batallas y que habían hecho fortuna en el Nuevo Mundo, sabía lo que querían. Así, a la hora de comprar un automóvil la directriz era bien sencilla: «Deme el más grande que haiga». Juan Suárez González no iba a ser menos… como podemos ver en la foto -fechada hacia 1955-, donde posa orgulloso junto a una de sus hijas, acompañado además por una nieta… siempre estuvo rodeado de mujeres. El coche es un Dodge, no sé qué modelo.

Me siento muy orgulloso de ser nieto de mi abuelo, entre otras cosas por sus gustos en coches. Si pudiera permitírmelo, yo también tendría un «haiga».